Jorge Mario Bergoglio vuelve a América Latina, pero como papa Francisco, para presidir en Río de Janeiro la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que ya "bautizó" como "semana de la juventud", a la que se espera que asistan más de dos millones de jóvenes de todo el mundo. poco después de las históricas manifestaciones de junio por mejores servicios públicos, contra la corrupción y los gastos del Mundial de fútbol de 2014, y que terminaron muchas veces en violentos enfrentamientos con la policía, saqueos y destrozos. De acuerdo con la agencia AFP, ateos brasileños y el grupo Anonymous Rio, uno de los organizadores de las protestas de junio, también ha convocado para el lunes, el día de la llegada del pontífice a Rio, a una manifestación contra el gasto púbico de unos 53 millones de dólares -un tercio del presupuesto total-, que implica su visita y la organización de la JMJ en Rio. Pero el Vaticano no se muestra preocupado y varios expertos destacan que la prédica de Francisco en defensa de los más desposeídos tiene mucha sintonía con los manifestantes.
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